Bienvenidas al El Plan de tu Alma

“Hoy como adultas somos el resultado de lo que vivimos en nuestra primera infancia, y sobre todo, de la interpretación que nuestra niña interior le dio a cada una de esas vivencias”.
 
Esta ha sido una frase que he repetido constantemente los últimos 6 años, y que ha sido la base de todo lo que comparto. Sin embargo, hace unos meses, vengo recorriendo un hermoso camino de autoconocimiento, transformación y empoderamiento que me ha llevado a elevar esta premisa, al descubrir que realmente como alma yo elegí la mayoría de los acontecimientos más importantes de mi vida, que mi plan ya está escrito y que comprenderlo conscientemente me ayudará a transformar mi mirada, a empezar a ver cada vivencia con otro sentido, dándome el permiso de aprender conscientemente las lecciones que me traen. 
 
Además, si soy mamá o planeo serlo, estas herramientas pueden convertirse en el manual de instrucciones para guiar y acompañar con muchísima más claridad a nuestros hijos.
  
Hoy voy a empezar a compartir toda esta información contigo a través de El Plan de tu Alma, un espacio en el que encontrarás respuestas a las preguntas más profundas que sin duda en algún momento te has hecho: ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? ¿Para qué elegí estos padres, esta familia? ¿Qué lecciones vine a aprender?
 
 ¿Estás lista? Empecemos….”

Tú planeaste la mayoría de los acontecimientos más importantes de tu propia vida

Sé que esta frase suena fuerte y puede ser compleja de entender, sobre todo cuando nuestras vivencias han sido traumáticas, pero la verdad es que entre más profundo sea el reto, más probable es que fuera elegido por nuestra alma antes de nacer.
 
Sin embargo, también vivimos algunas situaciones no planeadas que surgen por ejemplo cuando ignoramos las señales de nuestra intuición, o cuando a través del libre al albedrío tomamos decisiones y creamos acontecimientos que no son parte de nuestro plan del alma, pero que sin duda surgen porque necesitamos integrar ese aprendizaje para nuestro crecimiento.
 
Antes de seguir, te invito a que pienses en alguna situación que estés atravesando y más allá de quedarte sumergida en un mar de emociones y pensamientos empieces a preguntarte, ¿Y si es verdad? ¿Y si realmente planeé estas experiencias antes de nacer? ¿Por qué lo habría hecho?

¿Por qué vivimos esta experiencia humana?

Para evolucionar como almas necesitamos, sin duda, los contrastes: si nunca hemos experimentado la oscuridad, no podríamos reconocer y valorar la luz. El dolor nos permite valorar la alegría; el odio nos ayuda a comprender el amor. Para reconocer nuestra divinidad debemos experimentar todos los aspectos de nuestra humanidad. 
 
Antes de llegar a la tierra, hacemos una planificación muy detallada de nuestra vida: elegimos a nuestros padres, dónde y cuándo naceremos, las escuelas a las que asistiremos, los hogares donde viviremos, las personas que conoceremos. Por eso a veces te pasa que tienes la sensación de conocer a alguien que acaban de presentarte, probablemente hace parte de tu pacto de almas.

¿Por qué planeamos los desafíos?

Los retos en la vida existen para que podamos experimentar quienes no somos antes de recordar quienes somos en realidad. Esto es lo que Robert Schwartz denominó planes de aprendizaje a través de los opuestos.
 
Por ejemplo, un alma profundamente compasiva que elige bajar a la tierra a conocer profundamente la compasión, puede decidir encarnarse en una familia disfuncional, donde al ser tratada sin compasión, puede apreciar la compasión de una manera mucho más profunda. La ausencia de algo es lo que mejor nos enseña su valor y su significado. 
 
La falta de compasión que ve en el mundo exterior lo obligará a ir a su interior, donde recordará su propia compasión. Este contraste entre la falta de compasión del mundo y su compasión interna le dará una comprensión mucho más profunda de la compasión, y por lo tanto, de si misma.
 

Recordar que somos almas puras y perfectas nos ayudará a superar los desafíos de nuestra vida. Cambiar el concepto que tenemos de nosotros mismos, dejar de pensar que somos solo nuestro cuerpo y personalidad, y empezar a creer que somos almas, quizás no evitará el dolor, pero si el sufrimiento. Este despertar es nuestro propósito.

 

 
En este punto es probable que te estés preguntando para qué elegiste ciertas situaciones o personas en tu vida, pero no te preocupes que todo esto lo trabajaremos profundamente más adelante. Por eso, asegúrate de estar pendiente de mis redes para que no te pierdas ningún post.

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